domingo, 20 de enero de 2013

La crisis


La crisis

Todo empezó en los Estados Unidos de Norteamérica, donde los tipos de interés para adquirir un préstamo habían bajado una barbaridad. Además las empresas informáticas también habían aumentado, y el mercado inmobiliario terminó de despegar. El precio de la vivienda se multiplicó por dos. Los bancos tenían más y más clientes, pero querían ganar mucho más dinero, por lo tanto, decidieron sacar al mercado un producto nuevo, que les haría ganar una cantidad desmesurada de dinero (o eso era lo que pensaban). Las hipotecas subprime eran algo novedoso, además de extraño, porque primero, los clientes a los que estaba dirigida eran gente que no podría pagarlas. Además, ofrecía más dinero del necesario para comprar la casa. Por ejemplo, si la casa valía medio millón de dólares, se ofrecían seiscientos mil dólares. Los clientes eran los NINJAS: No Incomes, No job, no Assets. Es decir, que no tenían un duro para pagar. Cualquier mente que se precie se daría cuenta de que esto es la cosa más estúpida que se les podía haber ocurrido, pero no es así. Los precios de las viviendas aumentaban a un ritmo alarmante, por lo tanto, cuando los bancos embargaban la casa del pobre NINJA, ésta valía mucho más, por lo tanto los bancos ganaban dinero cuando la vendían a otra persona. Entonces, los bancos comenzaron a quedarse sin dinero. Su siguiente movimiento fue hacer paquetes con esas hipotecas subprime y otras hipotecas normales. Los paquetes se llamaron MBS, para que tuvieran un nombre jugoso. Muchos bancos se interesaron en comprarlas, por lo tanto financiaron a los bancos que ofrecían las hipotecas y éstos pudieron hacer más y más. Los paquetes se extendieron por todo el mundo. Entonces, el mercado inmobiliario cayó, se desplomó. Los bancos que habían ofrecido las famosa hipotecas subprime perdieron su dinero, las hipotecas subprime esparcidas por todo el mundo se convirtieron en la mejor forma de perder el dinero que cualquier persona ganase. Mucha gente había invertido en esas hipotecas, gente de todo el mundo también en España…
Durante todo ese tiempo, en España se había construido muchísimo, un porcentaje demasiado alto de la población trabajaba en la construcción. Las personas se compraron una segunda e incluso tercera viviendas, algo que no se podían permitir. Porque claro, en España los tipos de interés también eran muy bajos y los clientes podían financiarse fácilmente, sin muchos intereses. Por lo tanto, todos se lanzaron a comprarlas. Cuando el mercado inmobiliario se desplomó, los bancos perdieron dinero, dejaron de financiar y la gente se quedó sin dinero. Las constructoras se paralizaron, la gran mayoría de la gente que trabajaba en la construcción en España se quedó sin trabajo. El estado, que hasta ahora que tenía superávit comenzó a perder dinero, porque el paro aumentó. Además bajó el consumo, por lo tanto las ventas se vieron afectadas por la pérdida de poder adquisitivo de los ciudadanos. Entonces cerraron muchas empresas y aumentó el paro,  el estado ganaba menos y gastaba más, la cifra se tornó negativa. Los ingresos del sector público habían disminuido de forma alarmante: ahora había más parados, por lo tanto más gastos y la pirámide de población española no ayudaba, porque está invertida, lo que quiere decir que hay muchos jubilados (más gastos para el sector público). Los ingresos disminuyeron escandalosamente porque los parados (muchos en número) no pagaban impuestos, tampoco los jubilados, por último, las empresas que habían cerrado no pagaban ahora sus impuestos, puesto que no existían. Esto ha declinado en que el déficit es muy alto, por lo tanto, España no es solvente y no dispone de la confianza que se requiere.

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