La crisis
Todo empezó en los Estados Unidos de Norteamérica, donde los
tipos de interés para adquirir un préstamo habían bajado una barbaridad. Además
las empresas informáticas también habían aumentado, y el mercado inmobiliario
terminó de despegar. El precio de la vivienda se multiplicó por dos. Los bancos
tenían más y más clientes, pero querían ganar mucho más dinero, por lo tanto,
decidieron sacar al mercado un producto nuevo, que les haría ganar una cantidad
desmesurada de dinero (o eso era lo que pensaban). Las hipotecas subprime eran
algo novedoso, además de extraño, porque primero, los clientes a los que estaba
dirigida eran gente que no podría pagarlas. Además, ofrecía más dinero del
necesario para comprar la casa. Por ejemplo, si la casa valía medio millón de
dólares, se ofrecían seiscientos mil dólares. Los clientes eran los NINJAS: No
Incomes, No job, no Assets. Es decir, que no tenían un duro para pagar.
Cualquier mente que se precie se daría cuenta de que esto es la cosa más
estúpida que se les podía haber ocurrido, pero no es así. Los precios de las
viviendas aumentaban a un ritmo alarmante, por lo tanto, cuando los bancos
embargaban la casa del pobre NINJA, ésta valía mucho más, por lo tanto los
bancos ganaban dinero cuando la vendían a otra persona. Entonces, los bancos
comenzaron a quedarse sin dinero. Su siguiente movimiento fue hacer paquetes
con esas hipotecas subprime y otras hipotecas normales. Los paquetes se
llamaron MBS, para que tuvieran un nombre jugoso. Muchos bancos se interesaron en
comprarlas, por lo tanto financiaron a los bancos que ofrecían las hipotecas y
éstos pudieron hacer más y más. Los paquetes se extendieron por todo el mundo.
Entonces, el mercado inmobiliario cayó, se desplomó. Los bancos que habían
ofrecido las famosa hipotecas subprime perdieron su dinero, las hipotecas
subprime esparcidas por todo el mundo se convirtieron en la mejor forma de
perder el dinero que cualquier persona ganase. Mucha gente había invertido en
esas hipotecas, gente de todo el mundo también en España…
Durante todo ese tiempo, en España se había construido
muchísimo, un porcentaje demasiado alto de la población trabajaba en la
construcción. Las personas se compraron una segunda e incluso tercera
viviendas, algo que no se podían permitir. Porque claro, en España los tipos de
interés también eran muy bajos y los clientes podían financiarse fácilmente,
sin muchos intereses. Por lo tanto, todos se lanzaron a comprarlas. Cuando el
mercado inmobiliario se desplomó, los bancos perdieron dinero, dejaron de
financiar y la gente se quedó sin dinero. Las constructoras se paralizaron, la
gran mayoría de la gente que trabajaba en la construcción en España se quedó
sin trabajo. El estado, que hasta ahora que tenía superávit comenzó a perder
dinero, porque el paro aumentó. Además bajó el consumo, por lo tanto las ventas
se vieron afectadas por la pérdida de poder adquisitivo de los ciudadanos.
Entonces cerraron muchas empresas y aumentó el paro, el estado ganaba menos y gastaba más, la
cifra se tornó negativa. Los ingresos del sector público habían disminuido de
forma alarmante: ahora había más parados, por lo tanto más gastos y la pirámide
de población española no ayudaba, porque está invertida, lo que quiere decir
que hay muchos jubilados (más gastos para el sector público). Los ingresos
disminuyeron escandalosamente porque los parados (muchos en número) no pagaban
impuestos, tampoco los jubilados, por último, las empresas que habían cerrado
no pagaban ahora sus impuestos, puesto que no existían. Esto ha declinado en
que el déficit es muy alto, por lo tanto, España no es solvente y no dispone de
la confianza que se requiere.
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